La Taberna de Lance

Name:
Location: Rathole

Poco o nada. Soy nihilista, vago, demagogo, borracho y narcisista... lo puto peor, vamos. Si te interesa saber más sobre mi, mandame un mailito.

Tuesday, July 19, 2005

Skinheads

Les oigo llegar mucho antes de verlos aparecer por la puerta. Media docena, al menos, al frente va Tony. La gente vuelve la mirada ante tanto alboroto, pero al serles devuelta por los recién llegados bajan sumisamente las cabezas. Algunos se sientan en una mesa, otros van hacia el billar. Tony me saluda con la mano, y yo se lo devuelvo con una inclinación de cabeza.

Dos tipos en mangas de camisa juegan al billar. Uno de los jóvenes (apodado Pelón) se acerca a uno de ellos, colocandose literalmente pegado a el, con su cabeza a no más de diez centímetros de la del otro.
- Vais a acabar ya, ¿no?.- La frase es más una afirmación que una pregunta. El tipo, sin mirarlo a los ojos, cede el palo al chico y se dirige hacia la barra. Su compañero le sigue.
Les coloco delante dos jarras de cerveza, sin haberlas pedido.
- Invita la casa.- digo, contenido- Por, ejem, las molestias.
Los dos hombres dan taciturnamente las gracias y levantan sus vasos con manos temblorosas, sin volverse en ningún momento. El de mi derecha apura rápidamente la jarra y se levanta casi de golpe. Luego gira y se encamina hacia el aseo, pero va tan rápido que en su recorrido tropieza con uno de los skins que está jugando al billar, haciéndole fallar una jugada. Se gira y mira al individuo de la camisa, que suda como un condenado cerdo. Luego empeza la retahila de insultos y empujones habitual. Su compañero mira desde la barra sin saber si intervenir o no. Los ladridos del joven se hacen cada vez más audibles y desagradables hasta que, en un inesperado movimiento, el puño del hombre se estrella contra la nariz del skinhead, haciéndo brotar un chorro de sangre y callándole en el acto, lo cual es un alivio debido a mi perpeto estado de resaca.

El joven se tambalea y cae hacia atrás. Todos las personas de la taberna se quedan quietas, muy quietas, incluido el hombre que ha golpeado, que aún sostiene el puño en alto. Luego, claro, estalla la tormenta. Los pandilleros saltan como ratas rabiosas hacia el tipo, y aunque es lo último que quiero, oigo mi propia voz gritando:
-¡Peleas aquí no!¡Largo de mi bar!
El tal Pelón se encara hacia mí con una mirada animal en la cara, luego se lleva la mano al bolsillo de su pantalón. Yo, instintivamente, muevo la mia hacia la escopeta de cañón recortado convenientemente oculta bajo la barra. El malnacido parece darse cuenta de la situación, porque vacila un momento, tiempo suficiente para que Tony se interponga entre nosotros.
- Tiene razón,- le dice a Pelón- pateemoslos en la calle.
Entre cuatro se llevan al tipo a rastras, hacia la calle. Tony se acerca a su compañero, que aún está sentado en la barra, con la jarra de cerveza vacía entre sus manos.
- Sal.
El hombre me mira como implorando ayuda, pero yo le devuelvo una mirada cargada de indiferencia.
- Sal.- repite Tony.
Trabajosamente, se levanta del taburete. El skinhead resolpa y lo coge del pelo, arrastrandolo hacia la salida. Pelón es el último en salir. Aún me dedica un par de miradas antes de desaparecer por completo.

Se han ido. Suelto todo el aire que he estado conteniendo. Cierro los ojos y los mantengo así unos segundos. Me tiemblan las manos.

El Gordo sale de aseo y me mira. Luego mira las caras de los clientes y de nuevo se vuelve hacia mí.

- ¿me he perdido algo?- pregunta.

Monday, July 18, 2005

Un dia cualquiera

Suena el despertador a eso de las 7:30 de la mañana, con ese agradable e interminable zumbido que hace que desee destrozar el aparatito. Después de golpearlo, sacudirlo, insultarlo e incluso sacarle las pilas, la maldita alarma sigue sonando. Entonces me doy cuenta que he estado aporreando la radio, así que la dejo y suavemente apago el despertador.
Lenta, muy lentamente, me visto, voy a la nevera, doy un intenso y abundante trago a la botella de leche que, evidentemente, está agria. Maldigo un poco.
Me hago un café triple y me lavo la cara. Sigo con el mismo careto de costumbre, lo cual no me sorprende. Salgo a la calle.

Llego hasta la taberna, que está así como en el culo del mundo y cuando voy a abrir oigo unos gorgoteos a mi espalda. El Gordo está tirado entre dos coches murmurando algo incoherente, con esa sonrisa bobalicona en los labios.
- Gordo, ¿no te dije ayer que no quería que volvieses por aquí?
- Si no he llegado a irme- contesta.
- Bueno, pasa y tomate algo.
Veinte minutos y dos wishkys después, el Gordo ya ha recobrado la compostura. Se remueve en el taburete, que cruje bajo su peso, pide un vaso de agua, lo bebe de untrago y luego saca un fajo de billetes.
- Es imposible que alguien como tú trabaje.- observo- Dime, ¿de donde sacas toda esa pasta?
- Oh, verás, el estado se encarga de que tipos como yo no interfieran en su funcionamiento.
Cojo uno de sus billetes y lo miro al trasluz. Si no supiera de que va todo me lo hubiera tragado enterito, con guarnición de patatas bravas y todo.
- Impresionante.- Le digo- Realmente muy bueno. Marca de agua, banda reflectante, apuesto a que tiene hasta las marcas ultravioleta.
- Oh, si, tiene todos los sistemas de seguridad. No hay ni un fallo. Si todo sale bien voy a hacerme de oro.- El Gordo no se puede callar una. Tiene un buzón por boca. Algún dia se meterá en una muy grande y muy mala.
Se levanta de su taburete y se encamina trabajosamente hacia la puerta. Me dedica un saludo acompañado de un ruidoso eructo que a esas horas suna para mi como una melodía celestial. En menos de tres horas volverá a estar aquí.

Un hombre entra en la taberna, pero va directamente a las tragaperras, de modo que no le digo nada y dejo que se gaste su sueldo en mi máquina. Miro el billete del Gordo, acariciándolo. Abro la caja registradora y coloco al impostor entre sus semejantes.

El tipo de la tragaperras maldice y da un golpe. Luego saca otra moneda y la inserta en la ranura.

Sunday, July 17, 2005

La Taberna de Lance

A quien me lea:

Hoy he decidido transformar este blog por completo, borrar todo su contenido anterior y empezar de nuevo, con mas ganas.

Tened paciencia, intentaré llevar el blog al día, pero no prometo nada.

Mi nombre es Lance Ladilla (bueno, ese no es mi verdadero nombre, pero para el caso que más da), pero podéis llamarme Lance. En este blog iré escribiendo cuanto se me pase por la cabeza, y si me escribis algo, mejor que mejor.

Bueno, mañana será otro día, veremos si podemos hacerlo mejor.

Un saludo.

Lance